El temor a salir: el aumento de la delincuencia en Chile genera preocupación en la ciudadanía
En los últimos meses, Chile ha experimentado un incremento significativo en los índices de delincuencia, según informes recientes de Carabineros y la Policía de Investigaciones (PDI). Robos con violencia, portonazos y hurtos en lugares públicos son parte de los delitos que han encendido las alarmas, afectando la calidad de vida de los ciudadanos.
Para entender cómo esta situación está impactando en la vida cotidiana, entrevistamos a algunos residentes de distintas comunas del país.
"Ya no salgo después de las seis de la tarde"
Carmen Muñoz, una vecina de Puente Alto, explica cómo ha cambiado su rutina:
"Antes, podía ir al supermercado o a visitar a mis hijos sin miedo. Ahora, apenas empieza a oscurecer, prefiero quedarme en casa. Escuchas a los vecinos hablar de asaltos casi todos los días. Nadie quiere ser la próxima víctima."
Carmen asegura que la situación es especialmente grave en las calles más alejadas del centro, donde la falta de iluminación y patrullaje policial facilita la acción de los delincuentes.
Cristóbal Díaz, estudiante universitario en Santiago, relata el temor que siente al usar el transporte público:
"Estudiar en la noche se ha vuelto un desafío. En el metro, ves gente con miedo, todos mirando alrededor. Y en los paraderos de micro, te sientes inseguro. Conozco a compañeros que han sido asaltados a plena luz del día."
Cristóbal señala que incluso caminar por las cercanías de su universidad lo pone en alerta constante.
Muchos ciudadanos expresan frustración ante la falta de soluciones efectivas. María Gutiérrez, residente de Viña del Mar, opina:
"Parece que los delincuentes hacen lo que quieren porque saben que las penas son bajas o que pueden salir libres rápido. Nos sentimos abandonados por las autoridades."
María también menciona que ha invertido en alarmas y cámaras de seguridad para su hogar, pero que estas medidas no logran brindarle tranquilidad.
Ante el aumento de la delincuencia, los expertos advierten sobre la necesidad de reforzar la presencia policial, aplicar sanciones más estrictas y trabajar en la prevención del delito mediante políticas sociales integrales.
Mientras tanto, los chilenos intentan adaptarse a un contexto que parece amenazar su derecho más básico: vivir con tranquilidad.