Puente Alto enfrenta su peor crisis de seguridad: violencia, amenazas y un llamado urgente al gobierno
Puente Alto, la comuna más grande de Chile, está viviendo una crisis de seguridad sin precedentes. Los niveles de violencia han alcanzado un punto crítico con un aumento sostenido de asesinatos, ataques armados y amenazas directas a funcionarios públicos. La situación ha generado alarma en la comunidad, llevando al alcalde Germán Codina a exigir una intervención inmediata del gobierno central, particularmente de la ministra del Interior, Carolina Tohá, para enfrentar esta emergencia.
El deterioro de la seguridad en Puente Alto no es reciente, pero en las últimas semanas ha llegado a niveles insostenibles. Los asesinatos, muchos de ellos vinculados al narcotráfico y ajustes de cuentas, se han vuelto comunes en los barrios más vulnerables. Las balaceras en plena vía pública y los enfrentamientos entre bandas criminales han dejado a los vecinos en estado de constante temor.
La violencia ha escalado a tal punto que los funcionarios de los Centros de Salud Familiar (CESFAM) de la comuna, quienes están en la primera línea de atención a la comunidad, han comenzado a recibir amenazas directas. Estos trabajadores, cuya labor es esencial, ahora temen por su vida mientras intentan cumplir con su trabajo en medio de un clima de inseguridad absoluta.
El alcalde Germán Codina ha sido una de las voces más críticas frente a la inacción del gobierno, manifestando su preocupación por la situación que viven sus vecinos y los trabajadores municipales. "No podemos seguir permitiendo que la delincuencia se adueñe de nuestras calles. Exigimos que la ministra Carolina Tohá se haga presente en Puente Alto y que el gobierno tome medidas concretas para proteger a nuestra gente", declaró en una reciente conferencia de prensa.
Consecuencias para las comunas vecinas
La crisis de seguridad en Puente Alto no solo afecta a sus propios habitantes, sino que también está impactando a las comunas cercanas como Pirque, La Florida y La Pintana, que comparten límites y vínculos estrechos con la comuna más afectada.
Pirque: Aunque esta comuna se caracteriza por su tranquilidad y ambiente rural, la cercanía con Puente Alto ha generado preocupación entre sus vecinos. En los últimos meses, han aumentado los robos en propiedades agrícolas y residenciales. Los residentes temen que la violencia de Puente Alto se extienda y afecte su calidad de vida. La falta de recursos policiales en la zona ha dificultado la prevención de estos delitos.
La Florida: Conectada directamente a Puente Alto, La Florida ha experimentado un incremento en los delitos violentos, sobre todo en sus áreas colindantes. Los vecinos reportan una sensación de inseguridad creciente, especialmente en la noche. Las familias evitan salir a ciertas horas y los negocios locales han tomado medidas como reforzar la seguridad para prevenir robos.
La Pintana: Como una de las comunas con mayores desafíos en términos de pobreza y violencia, La Pintana también ha visto una intensificación de los conflictos vinculados a narcotráfico y pandillas. La situación en Puente Alto ha exacerbado la presencia de estas bandas en la comuna, dificultando aún más la tarea de las autoridades locales de contener la delincuencia.
La respuesta del gobierno hasta ahora ha sido considerada insuficiente por las autoridades locales. El alcalde Codina ha reiterado que, a pesar de los planes de seguridad anunciados por el Ministerio del Interior, no se han visto resultados tangibles en las calles. Las policías se ven superadas por la magnitud del problema, mientras que la justicia parece incapaz de desarticular las redes criminales que operan en la zona.
"La violencia en Puente Alto no es solo un problema de nuestra comuna, está afectando a todo el sur de Santiago. Si no se toman medidas ahora, las consecuencias serán devastadoras para todas las comunas vecinas. Necesitamos más recursos, más carabineros en las calles y una estrategia coordinada que involucre al gobierno central", subrayó Codina.
Los habitantes de Puente Alto viven con miedo. Muchos evitan salir de sus casas, especialmente al caer la noche. Los estudiantes han sido testigos de enfrentamientos armados cerca de sus colegios, y los pequeños comerciantes se enfrentan a robos y extorsiones. La violencia ha impactado gravemente en la convivencia social y ha minado la confianza en las instituciones.
Además, la tensión ha generado un aumento en la demanda por servicios de salud mental, especialmente en los CESFAM, donde los profesionales lidian no solo con los traumas de la violencia, sino también con las amenazas que ellos mismos enfrentan. "No podemos trabajar con tranquilidad, tenemos miedo de que algo nos pase a nosotros o a nuestras familias", confesó un funcionario de un CESFAM que prefirió mantenerse en el anonimato.
El llamado a la ministra Carolina Tohá es claro: Puente Alto necesita una intervención inmediata y decidida del gobierno central. Los habitantes de la comuna y las autoridades locales no pueden enfrentar solos una crisis de esta magnitud.
Codina ha solicitado una reunión urgente con Tohá para establecer un plan que incluya un mayor despliegue policial, el fortalecimiento de las fiscalías locales y una estrategia de prevención que aborde los problemas de fondo que alimentan la delincuencia, como la desigualdad y la falta de oportunidades.
En medio de este oscuro panorama, la comunidad mantiene la esperanza de que las autoridades tomen las medidas necesarias para devolver la paz a las calles de Puente Alto y sus comunas vecinas.