La Pensión Garantizada Universal (PGU) es un beneficio clave para los adultos mayores en Chile, diseñado para proporcionarles un ingreso mínimo que les permita enfrentar sus necesidades básicas. Este aporte reemplazó a la Pensión Básica Solidaria de Vejez (PBSV) y al Aporte Previsional Solidario de Vejez, consolidando en un solo sistema las ayudas estatales para quienes han alcanzado la tercera edad. La PGU está disponible para aquellos que han cumplido 65 años, independientemente de si están pensionados bajo el sistema de AFP o continúan trabajando.
Para acceder a la PGU, es necesario cumplir con ciertos requisitos. Los beneficiarios no deben pertenecer al 10% más rico de la población, y su pensión base debe ser inferior a $1.158.355. Además, se requiere acreditar residencia en Chile por al menos 20 años, aunque también es posible calificar si se ha residido en el país por al menos cuatro de los últimos cinco años. Estos criterios aseguran que la ayuda llegue a quienes más lo necesitan, proporcionando un respaldo económico en una etapa de la vida donde los ingresos suelen ser limitados.
La Pensión Garantizada Universal es gestionada por el Instituto de Previsión Social (IPS), que se encarga de realizar los pagos mensuales de hasta $214.296 a los beneficiarios. Este monto es fundamental para muchos adultos mayores, ya que complementa sus ingresos, permitiéndoles una mayor estabilidad financiera si cumplen los requisitos. Sin embargo, hay un grupo específico que queda excluido de este beneficio: aquellos que son imponentes o pensionados de la Caja de Previsión de la Defensa Nacional (Capredena) y de la Dirección de Previsión de Carabineros (Dipreca). Una característica importante de la PGU es que su monto se reajusta anualmente para mantener su poder adquisitivo frente a la inflación. Este ajuste se realiza automáticamente cada 1 de febrero, basado en la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del año anterior. De esta manera, se asegura que la pensión continúe cumpliendo su objetivo de apoyo financiero, adaptándose a los cambios en el costo de vida. El próximo reajuste de la PGU se efectuará en febrero de 2025, lo que significa que los beneficiarios verán un incremento en sus pagos a partir de esa fecha. Este mecanismo de reajuste es fundamental para mantener la relevancia del beneficio en un entorno económico donde los precios de bienes y servicios tienden a aumentar con el tiempo.