La situación de las cárceles en Chile es una problemática que ha trascendido y agravada estos ultimos dos años, pero los recientes hechos de violencia, como el degollamiento de un reo dentro de un recinto penitenciario, evidencian una alarmante realidad: las cárceles parecen estar bajo el control de los mismos internos. Este episodio no es un caso aislado, sino un síntoma de un sistema que ha fallado en sus objetivos fundamentales de rehabilitación y seguridad.

El control de los reos sobre las cárceles en Chile se manifiesta en varios niveles. En muchos recintos, las bandas criminales han establecido jerarquías internas que regulan la vida dentro de las prisiones, deciden sobre el acceso a bienes y servicios, e incluso administran la violencia como herramienta de poder. Este fenómeno se debe, en gran medida, a la falta de personal penitenciario, recursos insuficientes y una infraestructura obsoleta que dificulta el control efectivo por parte de Gendarmería.

El caso del degollamiento del reo ilustra esta pérdida de autoridad estatal. Este crimen no solo demuestra la capacidad de los internos para ejercer violencia extrema sin consecuencias inmediatas, sino también la ineficiencia de los mecanismos de prevención y control dentro de los recintos.

La influencia de bandas criminales: Las cárceles se han convertido en centros operativos de bandas como el Tren de Aragua, que no solo controlan a los internos, sino que también expanden su influencia hacia el exterior.

Consecuencias para la sociedad

El control de los reos dentro de las cárceles trasciende los muros penitenciarios. Estos espacios no son solo lugares de castigo, sino que se han transformado en escuelas del crimen, donde los internos salen más violentos y mejor organizados. Además, la influencia de las bandas en las cárceles fortalece sus operaciones en las calles, aumentando la delincuencia.

La situación de las cárceles chilenas no puede seguir siendo ignorada. El degollamiento de un reo es una señal de alerta que evidencia el colapso del sistema penitenciario y el riesgo que representa para la seguridad del país. Las autoridades deben tomar medidas inmediatas y profundas para retomar el control de las cárceles y garantizar que estos recintos cumplan su rol: castigar, rehabilitar y proteger a la sociedad.