Más de 36.000 pacientes fallecen en listas de espera en lo que va del año:
Un total de 36.262 pacientes han perdido la vida en listas de espera en lo que va del año, según un informe reciente del Ministerio de Salud. Esta cifra alarmante ha encendido las alarmas sobre el estado crítico del sistema de salud pública y la capacidad del país para garantizar el acceso oportuno a tratamientos médicos.
El informe detalla que la mayoría de los fallecidos esperaban atención en especialidades como oncología, cardiología y neurología, áreas donde los tiempos de espera suelen superar los plazos establecidos como aceptables por los estándares internacionales.
Expertos en salud pública señalan que esta situación refleja no solo la falta de recursos humanos y tecnológicos, sino también una gestión ineficiente que agrava la problemática.
Además, gremios médicos han denunciado la falta de inversión en infraestructura hospitalaria y la creciente carga laboral del personal de salud, factores que inciden directamente en la capacidad de atención de los hospitales.
La cifra ha generado indignación en la ciudadanía y un llamado urgente a las autoridades para implementar soluciones inmediatas. "Es inaceptable que en pleno siglo XXI miles de personas mueran esperando atención médica. Esto habla de un sistema que está fallando en su responsabilidad básica de cuidar a la población", expresó la presidenta de un importante organismo de derechos humanos.
Por su parte, el Ministerio de Salud anunció la implementación de un plan de emergencia que incluye la contratación de más especialistas, ampliación de horarios de atención y la priorización de pacientes en situación crítica. Sin embargo, organizaciones sociales han manifestado escepticismo sobre la efectividad de estas medidas.
La crisis de las listas de espera pone en evidencia la necesidad de una reforma estructural profunda en el sistema de salud. Sin una solución de fondo, expertos advierten que esta problemática seguirá cobrando vidas y debilitando la confianza en las instituciones públicas.
Mientras tanto, las familias de los fallecidos exigen justicia y medidas concretas que eviten que otras personas enfrenten el mismo destino. Las historias detrás de esta alarmante estadística son recordatorios desgarradores de que la salud debe ser un derecho garantizado para todos.